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das Mystische 2.1

La pregunta

La pregunta Juantxo Egaña. "Retrato de Oteiza", 2000.

La pregunta que se hace el crítico de arte Álvaro de los Ángeles, ¿de qué viven los artistas?, también puede enunciarse en los siguientes términos: en realidad, ¿de qué viven los hombres? Los hombres, los seres humanos, viven, como todos sabemos, como pueden y les dejan; es decir, con muchas dificultades. Los hombres viven de la guerra y de la estafa, de la mentira y del crimen; pero también del amor y de la solidaridad, del esfuerzo y del trabajo bien hecho. En el equilibrio de una balanza que nadie ha elegido puede observarse la respuesta a las incógnitas de la existencia; es ahí donde figuran escritas. El único problema es que la respuesta aparece en un lenguaje que aún desconocemos.

¿De qué viven los artistas? Es de suponer, digo yo, que de su propio trabajo. Los que también vivimos de nuestro trabajo nos preguntamos, a veces, por qué habría que ayudar, económicamente o con becas, con catálogos institucionales o bolsas de viaje, a unos señores que han elegido, como todos, una determinada forma de vida. Mis producciones artísticas aguardan en un lugar recóndito esperando una llamada que no llega, pero eso no me preocupa. Mi vida, por cierto, es también poética –no industrial, como alguna de las actividades, supuestamente culturales, que claman pidiendo ayuda-, y no por ello voy solicitando complementos económicos a mi actividad creativa. Yo me creo a mí mismo (me gusta pensar en esta idea); soy mi propia obra de arte. Además, nunca he disfrutado de un mecenas; no me interesa. Algunos artistas, verdaderamente grandes, tampoco estuvieron demasiado ocupados con estas cuestiones. Un verdadero artista se corta una oreja, se hace traficante de armas en África, o se suicida en las aguas del Sena. Aun así, también es justo reconocer que Van Ruijven era un maldito idiota y, a pesar de ello, Vermeer forma parte del grupo de los elegidos.

En la postal electrónica que me remite Cayetano Lupeña puede leerse la palabra artística de Jorge Oteiza:

"El arte no transforma nada, no cambia el mundo, no cambia la realidad. Lo que verdaderamente transforma el artista, mientras evoluciona, transforma y completa sus lenguajes, es a sí mismo. Y es este hombre transformado por el arte el que puede, desde la vida, transformar la realidad. El artista fabrica su lenguaje individualmente pero con un destino social."

Si, como apuntaba Oteiza, el proceso del arte puede ser el propio proceso de la persona en su transformación pendiente, estamos ante una actividad que quiere ser personal e intransferible, creadora y productora de hombres; basta con que uno mismo disfrute de su propia obra. Ya llegará el momento (si es que llega) de compartir o refutar los resultados obtenidos; los mecenas, mientras tanto, pueden seguir esperando. En el fondo, no son necesarios para alcanzar el viejo imperativo pindárico: "llega a ser lo que eres". O esa máxima olvidada en el cajón de los objetos inservibles: "pleno de méritos, pero es poéticamente como habita el hombre esta tierra".

Como Hölderlin, espantados por la locura, dormimos aún en el cajón de los hombres olvidados. Ésta es, en realidad, la respuesta que esperaba la pregunta. No de otra cosa nos estaba hablando Oteiza.

6 comentarios

Enrique -

Gracias, pini, ya la ví, lo que ocurre es que el trabajo me llega hasta la oreja izquierda y no puedo ni parar un momento. A todos (gracias, Esther, por tu visita: bienvenida) les debo unas líneas, pero ahora no puedo parar. Sorry.

pini -

oiga, Enrique, Cayetano ha escrito una columna magnífica en el libro de notas.

Carballo Torto -

La evolución (del hombre, del arte, de la historia) ha provocado una suerte de prostitución en todos los ámbitos. Yo pienso que el arte se refugia hoy en día principalmente en el anonimato.

Los verdaderos artistas, a día de hoy y tal como yo lo veo, viven de los balances, de coger el teléfono o de vender bombillas. Y el arte se lo reservan para sus casas, sus carpetas escondidas. El arte es lo que hacen cuando sienten que morirían si no pudieran hacerlo.

(Creo que la explicación que pretendo dar le resta brillo a la idea.)

Desde que todo está al alcance de todos, muy pocos de los que llegan lo merecen. El tesoro escondido es el verdadero tesoro.

Eso no significa ni que todo lo que brilla sea bisutería, ni que no haya bisutería escondida. Siempre hay de todo en todas partes. Por suerte.

Un saludo.

Esther -

Buena cita. Eso es lo que me pregunto yo a veces, si realmente puedo ser tan egoista y simplemente crear para mí y no hacerlo para intentar ayudar a los demás en un mundo tan lleno de injusticias y sufrimiento.
Me alegro de que te gusten mis últimas obras. He cambiado de tema en el último año. Visita mi galeria en http://www.wifiblanes.com/gallery , allí tengo todo lo que he ido fotografiando y escaneando. Sí que conozco y admiro a Paul Klee :-)
Ojalá hicieran una exposición suya en Barcelona. Hace un año vi una de Kandinsky que me impresionó mucho.

Cayetano -

Otra postal: Moholy Nagy (1895-1946) [1], autodidacta, pintor,ilustrador y tipógrafo; se interesó por la fotografía y sus preocupaciones eran absolutamente modernas: “¿Puedo asumir el privilegio de convertirme en artista para mí mismo, cuando todo el mundo está necesitado de resolver el problema de sobrevivir?...La intemperancia personal en el arte en nada ha contribuido a la felicidad de las masas”
[1]http://www.sonria.com/design/personajes/moholynagy.php

Esther: He visto algunas de tus obras, te imagino conocedora de la obra de Paul Klee ;) ... Ha merecido la pena visitar tu galería, hay algunas cosas emocionantes.

Esther -

Como bien dices los artistas intentan ganarse la vida como pueden. Las instituciones se han convertido en los mejores clientes de los artistas y las ayudas son su forma de pagar. ¿Qué pagan? Entretenimiento para las masasas. Las ciudades son ahora negocios que intentan atraer a sus clientes potenciales con refinadas estrategias de marketing que incluyen principalmente la cultura.